Financia la creación de prototipos, pruebas piloto y la evaluación de innovaciones emergentes en las primeras etapas de su desarrollo. Estas subvenciones ofrecen a las organizaciones la oportunidad de demostrar la capacidad de estas soluciones para mejorar de manera concreta la vida de las personas que se benefician de ellas.
El FID acepta solicitudes para innovaciones en cualquier sector que aborde la pobreza y la desigualdad, y fomenta específicamente las solicitudes para innovaciones en educación, salud, cambio climático e igualdad de género. Dentro de cada sector, el FID fomenta especialmente las solicitudes centradas en intervenciones que mejoren los resultados para los grupos marginados, incluyendo, por ejemplo, las mujeres y las niñas, las minorías infrarrepresentadas, los refugiados y las personas desplazadas.
La FID conecta el mundo de la innovación y la investigación, en particular mediante la medición de los resultados y el impacto de las soluciones implementadas.
La FID se centra en soluciones dirigidas a países de ingresos bajos y medios, en particular los del África subsahariana y países ribereños del mar Mediterráneo.
Guiada por su deseo de generar un impacto en el territorio, FID considera la innovación como cualquier solución o enfoque capaz de mejorar la situación de las poblaciones más vulnerables. Este puede ser tecnológica, social, organizativa o financiera, siempre y cuando responda a un problema específico y a las necesidades de las poblaciones a las que pretende impactar.
El FID divide su financiación en 5 categorías a las cuales se pueden postular las innovaciones dependiendo de la fase de desarrollo en la que se encuentren:
1. Subvención de preparación.
2. Fase 1: Implementación de un proyecto piloto.
3. Fase 2: Evaluación del impacto.
4. Fase 3: Escalabilidad.
5. Transformación de las políticas públicas.
Criterios generales de evaluación:
1. Potencial de impacto.
2. Rentabilidad.
3. Potencial para escalar y sostenibilidad.